Saturday, July 2, 2016

Alemania Avanza tras Derrotar a Italia por Penales


El choque entre las selecciones de Alemania y Eslovaquia del pasado domingo sirvió para disfrutar de la mejor versión del cuadro germano. Tras un arranque de Eurocopa dubitativo en el que quedó patente que la fórmula del falso 9 no daba sus frutos, Joachim Löw optó por colocar a Mario Gómez como punta de lanza, una decisión de la que salieron beneficiados los talentosos jugadores que se mueven justo por detrás del poderoso ariete.

Con los zagueros rivales anclados en el borde del área por la presencia del gigantón del Besiktas emergió la figura de Julian Draxler. El mediapunta, un futbolista en ocasiones timorato, respondió a la confianza que le viene brindando el seleccionador (le eligió para el once en detrimento de Mario Götze) y se erigió en el líder de una escuadra que, por momentos, ofreció un fútbol tan brillante como efectivo.

Antes de cerrar su actuación con un bello remate que supuso el 3-0, Draxler ya había dejado su sello con multitud de regates, fintas, amagos y con una jugada de esas que solo están al alcance de los jugadores con talento natural. El de Gladbeck condujo el balón con precisión y elegancia, se deshizo de su marcador con una sutil bicicleta, remontó la línea de fondo y puso la pelota de tal modo que Mario Gómez apenas tuvo que tocarla para que acabase dentro de la portería.

Pero por encima de detalles técnicos, lo que constató este partido es que nos encontramos ante un futbolista al que tal vez sólo le falta un poco más de confianza y apoyo para erigirse en el motor de cualquier escuadra. En el Schalke 04 llegó a dar esa sensación durante el curso 2012-2013 (sumó 39 partidos y 13 goles), pero lo cierto es que con el paso de las temporadas su progresión nunca llegó a ser tan notable como se esperaba. El pasado verano, el Wolfsburgo le reclutó para tapar el considerable hueco dejado por Kevin de Bruyne, pero pese a firmar algunos choques interesantes, en varias ocasiones volvió a mostrar esa extraña falta de motivación que le asalta en partidos de segundo orden (31 partidos, 8 goles).

Esta noche, ante Italia, un rival que no ofrece concesiones, Draxler se topará con una oportunidad, casi única, de reactivar su carrera profesional, de dar ese salto necesario para consolidarse como uno de los nuevos referentes del fútbol alemán. ¿Aprovechará la ocasión?

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